martes, 20 de noviembre de 2007

Ricard, Robert. La conquista espiritual de México. Ensayo sobre el apostolado y los métodos misioneros de las órdenes mendicantes en la Nueva España d

Mayra Nidia Aguirre Olivares
FICHA TÉCNICA No. 4
1.Ricard, Robert. La conquista espiritual de México. Ensayo sobre el apostolado y los métodos misioneros de las órdenes mendicantes en la Nueva España de 1523-1524 a 1572. Fondo de Cultura Económica. México 2004. (8ª. reimpresión).
2. Robert Ricard presentó esta obra como tesis para obtener el doctorado en la Sorbona en 1933, una investigación que duró casi una década. Catalogado como hispanista, es miembro de la Asociación Internacional de Hispanistas, tiene su sede en la Universidad de la Sorbona, en París. Con suma influencia del llamado “Principe de los hispanistas” Marcel Bataillon. Entre otros estudios realizó sobre personajes como sor Juana Inés de la Cruz y Santa Teresa
3. Tesis:
Planea que sin duda, uno de los fenómenos más notables de la colonización es la cristianización indiscutible, de los inmensos territorios de los grupos indígenas. Pone en boga la acción misionera que llevó a cabo España, que era una de las naciones europeas más preparadas para llevar a cabo dicha conquista espiritual cuya tarea principal consiste en poner a la disposición de los infieles los medios normales de conversión.
En una obra muy objetiva, que muestra ambas caras de la moneda, reconociendo el profundo impacto que tuvo la cristianización en Nueva España y cómo los frailes provenientes de las órdenes mendicantes -en un inicio los franciscanos (los Doce), posteriormente se unieron al esfuerzo los dominicos, y finalmente, los agustinos-, se volvían el tutor o protector de los grupos indígenas. Muy poco se refiere en esta obra a la labor jesuita, aunque la comenta no profundiza tanto como las primeras órdenes que arribaron a la Nueva España.
Entre sus conclusiones destaca la debilidad de la obra evangelizadora realizada por los religiosos españoles la cual consistía en permitirse el fracaso del Seminario de Tlatelolco, en donde estudiarían jóvenes indígenas, así como la enorme laguna que significaba la ausencia de un clero indígena completo, puesto que indica que no se fundó realmente una Iglesia mexicana pero apenas se sentaron las bases de una Iglesia criolla, y lo único que se logró establecer en efecto fue el modelo de la Iglesia española, donde los fieles indígenas hacían el papel de cristianos de segunda. Hay que recordar que el objeto de estudio se realiza en el siglo XVI.
Ricard manifiesta que las dificultades internas del apostolado solaparon una cadena de escollos con que vino a chocar la obra evangelizadora y reconoce que cuando en los comienzos hubo una cooperación entre los misioneros de las expediciones de las distintas órdenes, más tarde, comenzaron a mostrar rivalidades hostiles, incompatibilidad de caracteres. Surgieron las querellas de una orden contra otra y las desavenencias con los obispos y el clero secular.
El autor también nos señala los abusos que en ocasiones se cometían contra los naturales. En 1561 Montúfar y el obispo de Michoacán, Vasco de Quiroga, abrieron pleito a los religiosos de San Francisco, Santo Domingo y San Agustín por “haber adquirido cierta jurisdicción de terrenos y maltratar a los indios”.
Nos habla del papel tan importante que realizó Zumárraga, obispo de México , quien recibió de Carlos V el cargo y título de “protector de los indios” y de su oposición a los abusos y rapiñas de Nuño de Guzmán, presidente de la primera Audiencia, que además contaba con la responsabilidad militar, política y civil, y Zumárraga sólo contaba con el poder de las armas espirituales. Metaforiza Ricard.
También dedica un espacio a la resistencia indígena, algunos quienes opusieron enorme resistencia de inercia a la entrada de los misioneros. Explica además que a la llegada de los Doce, estos se reunieron con los principales y sacerdotes de los ídolos para exponerles la doctrina cristiana. A los nativos no les parecía cosa justa que las costumbres y ritos que los antepasados les dejaron, con liviandad los desampararan y destruyeran.
La forma en que se opusieron resultó sencilla en sus procedimientos: huir ante los misioneros, evitar cualquier trato, esconderse, táctica que sólo fue posible en regiones apartadas no caídas aún bajo el dominio español. Y de igual forma, mantenían una hostilidad silenciosa, los nobles, quienes ocultaban a sus hijos para evitar que recibieron una educación en los conventos.
El enfrentamiento de la realidad pagana se presentó bajo dos sistemas; uno de ellos era la ruptura total y absoluta con el pasado, y el de la preparación providencial. En el primero, las instituciones religiosas o sociales, las modalidades políticas, la vida interna de mentes y almas, todo lo que el indio tenía como propio es condenado en absoluto: Romper con el pasado. El segundo sistema tuvo precursores y se difundió a partir de mediados del siglo XIX, al reconocer su dignidad humana y haciéndolo acreedor a la confianza para que deje costumbres paganas, lo que se convierte en el punto inicial de toda evangelización.
4. Fuentes:
En una investigación que lleva realizándose cerca de una década destaca lo numeroso de documentos, autores, libros y fuentes que se han consultado y considero que sería injusto dejar autores fuera de este espacio en la ficha técnica. Sin embargo, como comenté al principio, este hispanista tiene fuerte influencia de la escuela parisina. Sin embargo, hay que destacar a los más contemporáneos de esa época: Las Casas, Motolinía, Icazbalceta, Zumárraga, Grijalva, entre otros.
5. Opinión:
El autor que pertenece a la corriente de hispanistas y que en una obra maestra que le llevó cerca de una década de años realizar, se refiere a la conquista espiritual –como el título de su obra lo dice- que realizó España en la Nueva España, a través de la cristianización que se realizaba a veces de manera profunda y mística y otros, sólo superficial y con habilidosa.
Como bien la calificó la Profra. Torales, es una obra que habla “muy temprano” de la Nueva España, pero lleva de la mano a sus lectores y nos permite entender ambas civilizaciones, la mexicana y la española, así como la importancia y la ardua labor que realizaron los religiosos de las órdenes mendicantes en el territorio de la Nueva España.
De manera muy anecdótica el autor nos relata los comienzos y las vicisitudes de su investigación, y como historiador nos delimita el lugar común, realiza observaciones sobre las observaciones. Historiografía muy detallada que nos hace estar en ese momento histórico de manera deleitosa.
-o0o-

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